Los hermanos Llosa rebasan la edad de los 70, pero ello no les quita la potencia de sus voces. Nunca asistieron a un conservatorio o a una escuela de música, pero sus imponentes voces serían herencia de su madre.
Cabellos canos, piel clara y mirada suplicante, los hermanos comparten no solo el parecido físico, sino su talento a la hora de cantar. El primer contacto que tuvieron con la música se la deben a su madre, quien hizo algunas presentaciones en el Teatro Municipal, pero siempre lo hacía como aficionada. También recuerdan que en su casa todos cantaban, incluso su padre quien también tenía una bella voz.
Han pasado juntos casi toda su vida, compartiendo su talento en algunas presentaciones. A pesar de que cada uno tiene sus propias familias ahora, no dejan de encontrarse porque saben que lo importante es la unión familiar.
