Lagrimeando inconteniblemente y evidentemente quebrada ante su delicada situación legal, Eva Bracamonte clamó por su libertad, durante la audiencia judicial realizada en el penal Santa Monica de Chorrillos.
Tras rechazar, una vez más, ser la responsable del crimen de su madre, de quien dijo era “su amiga y confidente”, Bracamonte negó que los 4 mil 800 dólares que recibió durante su estadía en Argentina los haya destinado al pago del sicario colombiano Alejandro Trujillo, autor material del asesinato de la empresaria.
Al igual que su coacusada y ex pareja sentimental, Liliana Castro Manarelli, negó entre lágrimas haberse mudado con Eva, un día después del asesinato de Myriam Fefer.