Y es que, Glenni admitió ante las autoridades que el pasado 09 de julio, día en que se perpetró el crimen de Marco Antonio, bebió licor con su víctima y que las agresiones verbales y despectivas del peluquero lo enfurecieron.
Asimismo, el asesino confeso del estilista no descartó que el, también, sea portador del VIH, según precisó un diario local.
Sin embargo, Glenni Ponce dejó bien en claro que no acudió al domicilio de Marco Antonio, ubicado en el jirón Choquehuanca, San Isidro, para robar.
"Yo no fui a robar, yo fui a cobrar mi dinero por servicios sexuales", aseveró Glenni ante el titular del 46º Juzgado Penal de Lima, Alberto Quispe Choque, quien lleva su caso.