El distrito cusqueño de San Sebastián se registró un alarmante atentado contra el patrimonio cultural. Vecinos de Alto Qosqo alertaron a las autoridades tras hallar una caja de cartón abandonada entre desechos que contenía restos humanos atados y envueltos en plásticos verdes.
La Policía Nacional del Perú y representantes del Ministerio Público acudieron al lugar y comprobaron que no se trataba de basura común, sino de un fardo funerario prehispánico retirado de su contexto original sin registro científico. Según especialistas de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, los restos —aparentemente completos— habían sido manipulados sin criterios técnicos antes de ser abandonados.
Para preservar su integridad, el fardo fue trasladado al Gabinete de Antropología Física, donde será sometido a estudios no invasivos orientados a su documentación, conservación y análisis histórico. Durante la inspección se determinó que el cráneo se encontraba dentro de la caja, mientras que el torso y las extremidades permanecían atados con sogas en un costal, lo que evidencia un tratamiento inadecuado.
El fiscal Florentino Jiménez Fernández lidera la investigación para determinar cómo llegó el fardo al botadero y si existen vínculos con el tráfico ilícito de bienes culturales, una problemática persistente en Cusco. Las autoridades culturales advirtieron que la manipulación y abandono de este tipo de restos constituye un grave delito y vulnera el legado histórico del país.
Además, la Dirección Desconcentrada de Cultura subrayó la necesidad de reforzar los mecanismos de vigilancia y control, dado que Cusco continúa siendo una de las regiones más expuestas al saqueo arqueológico.