
Con la fuerza de su voz y la riqueza de sus saberes ancestrales, 25 mujeres del pueblo indígena Awajún iniciaron un proceso de fortalecimiento de capacidades en la comunidad nativa de Canampa, ubicado en el distrito de Santa María de Nieva, provincia de Condorcanqui, región Anmazonas.

Esta iniciativa, forma parte del Servicio Rural Aynikuy, una estrategia piloto impulsada por el Programa Nacional Warmi Ñan del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). Su objetivo es acercar los servicios de prevención de la violencia a las zonas rurales del país con un enfoque intercultural, territorial y comunitario.

En este proceso se promueve el Tajimat Pujut (buen vivir) y el ejercicio de una vida libre de violencia, reconociendo el rol fundamental de las mujeres, lideresas y sabias, -conocidas en la comunidad como Nuwa Yacha- como agentes de cambio. Ellas lideran redes comunitarias para promover los derechos de las mujeres y de sus familias. A través de este servicio, se fortalecen los mecanismos comunitarios, capacidades individuales y colectivas de mujeres, familias y comunidades rurales en temática de derechos.

La capacitación se inició con el taller de presentación de la propuesta de fortalecimiento de capacidades, con la participación de mujeres entre los 18 y 74 años. Estos espacios son participativos y culturalmente pertinentes, abordando temas como el respeto de derechos humanos, buen vivir, vida libre de violencia y estrategias de acompañamiento comunitario, bajo enfoques de interculturalidad, género, comunitario y territorial. Desde julio, se han realizado acciones previas de diagnóstico y coordinación con autoridades comunales, como el Apu y el vice Apu de Canampa.

Esta intervención piloto se desarrolla en la comunidad de Canampa, ubicada a orillas del río Marañón, aproximadamente a 25 minutos, vía fluvial, de Santa María de Nieva.

Con estas acciones, el MIMP y el Programa Nacional Warmi Ñan renuevan su compromiso de caminar junto a los pueblos indígenas y rurales, fortaleciendo el liderazgo de las mujeres sabias como agentes de cambio y para la articulación entre el Estado y sus comunidades con el objetivo de lograr un país libre de violencia.
