Esta semana se reportó el hallazgo de un curioso ‘volcancito de arena’ en el sector de Songoña, en el distrito de San Pablo, provincia de Canchis (Cusco), generando preguntas en redes y preocupación en pobladores. Aunque fue llamado el “volcán más pequeño del mundo” por su forma, especialistas del Instituto Geofísico del Perú (IGP) aclararon que no se trata de un volcán como tal y que no representa peligro para las comunidades cercanas.
¿CÓMO SE FORMÓ ESTE ‘VOLCANCITO’ EN CUSCO?
De acuerdo con Hernando Tavera, jefe del IGP, el volcancito de arena se originó por la presión de agua y gases atrapados en el subsuelo, que al buscar salida arrastran materiales de tierra y arena hasta la superficie, formando un cono similar a un volcán. “Este fenómeno es común en zonas donde hay circulación de agua subterránea y gases, que emergen con presión y moldean estas formaciones”, explicó en declaraciones a RPP.
NO ES UN VOLCÁN ACTIVO NI EMITIRÁ MAGMA
Tavera precisó que esta formación no es un volcán real, por lo que no expulsa magma ni crecerá con el tiempo. “Va a quedar ahí y su actividad se detendrá cuando se expulsen todos los gases contenidos en el subsuelo”, indicó, asegurando que los pobladores pueden mantener la calma ante la aparición de este fenómeno que se confunde fácilmente con un volcán activo.
Un equipo del IGP llegó al lugar de madrugada para realizar una inspección técnica del volcancito de arena en Cusco. Se tomaron imágenes térmicas con cámaras FLIR para identificar posibles anomalías de temperatura en el área, y se instalaron dispositivos GPS en puntos estratégicos para monitoreo con drones en futuros levantamientos. Además, se midieron parámetros fisicoquímicos del agua, como pH, temperatura y conductividad eléctrica, con el fin de recopilar datos precisos de la actividad.
¿QUÉ GASES EMITE ESTE ‘VOLCANCITO’?
Aunque no se han confirmado los tipos de gases que emite el ‘volcancito de arena’ de San Pablo, Tavera señaló que se determinarán tras el análisis de campo. La recopilación de datos permitirá al IGP entender mejor este tipo de fenómenos y reforzar el monitoreo de actividad subterránea en la región Cusco, contribuyendo a la tranquilidad de los ciudadanos y a una adecuada gestión de riesgos ante posibles sismos y movimientos de agua y gases en el subsuelo.