Chiaki Inada, una montañista y cirujana plástica japonesa de 40 años, falleció en el nevado Huascarán debido a una severa hipotermia. La escaladora había llegado al Perú con la ilusión de conquistar la cumbre más alta del país. Su trágica muerte ha conmocionado tanto a sus compatriotas como a la comunidad alpinista internacional.
La expedición fue realizada sin guía oficial, junto a su amiga Saki Terada, en medio de condiciones climáticas extremas. Ambas se extraviaron por más de dos días antes de ser encontradas por los rescatistas. Inada no resistió las bajas temperaturas y perdió la vida en plena cordillera de Áncash.
Días antes de emprender el viaje, la turista compartió en redes sociales sus dudas y temores de venir a Perú. En una publicación del 11 de junio, confesó su tristeza por separarse de su hijo de tres años: “Espero no perder a mi hijo que estará creciendo tan perceptiblemente”, escribió en Instagram.
Amante de los viajes y del alpinismo, Chiaki solía escalar junto a su esposo y soñaba con conocer Sudamérica. En mayo, había celebrado el cumpleaños de su pequeño hijo, a quien deja en la orfandad.
BEBIÓ Y COMIÓ RICO EN PERÚ
Inada llegó a Lima el 12 de junio y expresó su entusiasmo por la comida peruana, encantada con platos típicos y bebidas como el pisco sour. Visitó varios lugares en Áncash antes de su trágico ascenso al Huascarán. El Perú, que la recibió con alegría, terminó siendo el último destino de su vida.