La papa es más que un alimento en el Perú: es un símbolo de historia, nutrición y orgullo nacional. Este 30 de mayo se conmemora el Día Nacional de la papa y también el Día Internacional de la Papa, destacando el rol de este tubérculo andino, cultivado desde hace más de 8,000 años, como base de la seguridad alimentaria global. El Perú es su cuna originaria y conserva hoy más de 3,500 variedades gracias al esfuerzo de comunidades altoandinas.
¿POR QUÉ SE CONSIDERA A LA PAPA UN SUPERALIMENTO?
Según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la papa contiene altos niveles de vitamina C, potasio, hierro, fósforo, antioxidantes y ácido fólico. Es fácil de digerir y se recomienda en todas las etapas de la vida. Su cáscara, especialmente en las variedades moradas, rojas o amarillas intensas, tiene propiedades que ayudan a prevenir enfermedades degenerativas y visuales, además de fortalecer el sistema inmunológico.
Su valor nutricional es tal que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OMS la promueven como alimento clave en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De hecho, es el tercer cultivo más importante del planeta, después del arroz y el trigo, y se cultiva actualmente en más de 100 países.
DIVERSIDAD GENÉTICA Y RIQUEZA CULTURAL
El Perú alberga más de 3,500 variedades de papa, la mayoría en zonas que superan los 3,000 metros de altitud, donde no prosperan otros cultivos. Las regiones de Puno, Huánuco, La Libertad, Ayacucho y Cusco lideran su producción. Esta biodiversidad está protegida mediante la Norma Técnica Peruana NTP 011.811:2021, emitida por Inacal, que promueve buenas prácticas agrícolas y la sostenibilidad del ecosistema.
La papa también es protagonista del boom gastronómico peruano, base de platos como la causa, la papa a la huancaína o la ocopa. Además, su creciente internacionalización a través de productos como chips y vodka ha impulsado su valor en mercados como Europa y Estados Unidos. Este 30 de mayo, el país celebra no solo su valor nutritivo, sino también su contribución cultural, económica y ecológica.
