El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que la pobreza monetaria en Perú alcanzó al 27.6% de la población en 2024, un incremento de 0.1 puntos porcentuales frente al 27.5% de 2023. Esto significa que 9 millones de peruanos vivieron con menos de S/446 mensuales, un ingreso insuficiente para cubrir necesidades básicas. Aunque hubo una leve reducción de 1.4 puntos respecto al 29% de 2022, el panorama sigue siendo alarmante, con 386,000 personas cayendo en la pobreza extrema, definida como ingresos menores a S/237 al mes.
En el ámbito rural, la pobreza golpeó al 42% de la población, mientras que en las áreas urbanas afectó al 23.6%. Las regiones más impactadas fueron Huancavelica (48.5%), Ayacucho (43.8%) y Pasco (40%), reflejando una profunda desigualdad territorial. En contraste, Ica (10.9%) y Madre de Dios (11.3%) mostraron los menores índices. La inflación, que acumuló un 2.1% en 2024, encareció productos esenciales como el arroz (27.2%) y el limón (26%), agravando la situación de los hogares más vulnerables.
Un retroceso que preocupa a millones
La pobreza extrema creció de 5% a 5.1%, afectando a 1.7 millones de peruanos, un aumento de 37,000 personas respecto a 2023. Este dato, sumado a los 9 millones en pobreza general, evidencia un retroceso social inaceptable para un país que busca desarrollo. Factores como el fenómeno de El Niño, que afectó la agricultura, y la recesión económica de 2023 (-0.6% del PBI) limitaron la recuperación, dejando a millones en condiciones precarias.
No es una buena noticia que 9 millones de peruanos vivan en pobreza, ni que 386,000 hayan caído en la extrema miseria en solo un año. Organismos como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y los Censos Nacionales 2025, en marcha, buscan datos actualizados para diseñar estrategias. Sin embargo, urge una acción inmediata para revertir esta crisis que afecta a más de un cuarto de la población.