Otuzco: fieles caminan 70 kilómetros para honrar a la Virgen de la Puerta

Por la carretera que conecta Trujillo con la sierra de La Libertad, cientos de fieles avanzan a pie hacia el santuario de la Virgen de la Puerta en Otuzco. Cada año, el 14 y 15 de diciembre, se celebra esta festividad religiosa, que reúne a devotos provenientes de distintas regiones, impulsados por la fe y el deseo de agradecer o pedir milagros.

El recorrido hacia el templo de la Virgen de la Puerta no es sencillo. Los fieles recorren cerca de 70 kilómetros, motivados por promesas, agradecimientos o peticiones por salud, bienestar familiar o soluciones financieras. La festividad, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación desde 2012, convoca a caminantes organizados en grupos de amigos, familias enteras y, en algunos casos, ciclistas en busca de una experiencia única.

Durante el trayecto, los peregrinos enfrentan empinadas rutas como Casmiche, Rayampampa y Samne, donde la fe y la compañía se convierten en sus mayores aliados. Muchos prefieren caminar de noche para evitar el calor, logrando completar el recorrido entre 10 y 24 horas, dependiendo de su ritmo y descansos.

ASISTENCIA PARA LOS PEREGRINOS

Ante el creciente número de asistentes, las autoridades de Otuzco han dispuesto medidas de apoyo para garantizar la seguridad de los caminantes. Se han instalado carpas de campaña en puntos clave del trayecto, como Loma del Viento, para ofrecer agua, sombra y primeros auxilios. Además, ambulancias están disponibles para trasladar a los peregrinos que requieran atención médica más especializada.

La Red de Salud de Otuzco, en conjunto con voluntarios, juega un papel crucial en la atención de emergencias como desmayos, insolaciones y accidentes menores, permitiendo que los devotos continúen su camino hacia el santuario.

EXPERIENCIA ESPIRITUAL Y CULTURAL

Al llegar al santuario, los peregrinos cumplen con la tradición de tocar el manto de la Virgen de la Puerta, elevar oraciones y agradecer por los milagros concedidos. La plaza principal de Otuzco, recientemente remodelada, se convierte en el escenario perfecto para el descanso y la convivencia, mientras los visitantes disfrutan de los platillos típicos de la región, como la trucha frita, el cuy chactado y el jamón serrano.