La Navidad se acerca, y con ella, los clásicos panetones que adornan las mesas peruanas. Sin embargo, este año, los consumidores han notado un detalle que no pasa desapercibido: varias marcas han reducido el peso de sus panetones, ofreciendo presentaciones de 750 gramos al mismo precio que las tradicionales de 900 gramos. Este fenómeno, conocido como “reduflación”, ha generado controversia en el mercado nacional.
¿QUÉ ES LA REDUFLACIÓN Y CÓMO AFECTA AL CONSUMIDOR?
La reduflación es una estrategia de mercado en la que se reduce la cantidad de producto manteniendo el mismo precio, creando la ilusión de estabilidad en los costos. Según Jaime Delgado, ex presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso, dijo a Infobae que esta práctica afecta a diversos productos de consumo diario, como aceites, yogures y ahora panetones.
“El problema radica en que los envases suelen mantener el mismo tamaño, lo que confunde al consumidor. Por ejemplo, un panetón que antes pesaba 900 gramos ahora tiene solo 750 gramos, pero el cambio no es evidente a simple vista”, explicó Delgado. Este fenómeno, que se popularizó durante la crisis de materias primas tras la pandemia, persiste a pesar de que la inflación se ha moderado.
ASPAN INSTA A COMPRAR PANETONES ARTESANALES
En respuesta a esta situación, la Asociación Peruana de Empresarios de la Panadería y Pastelería (ASPAN) ha recomendado a los consumidores optar por panetones artesanales de al menos 900 gramos. Según Pío Pantoja, presidente de ASPAN, la industria artesanal mantiene el peso y calidad tradicionales, a diferencia de las grandes marcas que han reducido las cantidades, señaló para Infobae.
“La forma tradicional de un panetón debe respetar los 900 gramos. Ofrecer menos peso al mismo precio es engañar al consumidor”, afirmó Pantoja, quien también advirtió sobre el riesgo de que esta tendencia continúe hasta llegar a panetones de apenas 100 gramos en los próximos años.
En un contexto donde la transparencia es clave, expertos y asociaciones instan a los consumidores a leer detenidamente las etiquetas y exigir productos que respeten la tradición y el valor real de lo que compran. La reduflación, aunque legal, representa un desafío para quienes buscan mantener la esencia de las festividades navideñas.