La primavera comenzó el 22 de septiembre y con ella llegan las esperadas lluvias a las regiones de la Sierra y la Selva del Perú, según informó el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi). Este cambio climático es recibido con optimismo, ya que podría ayudar a mitigar los incendios forestales que han afectado a diversas zonas del país en las últimas semanas.
Vania Aliaga, directora de Meteorología y Evaluación Ambiental Atmosférica del Senamhi, indicó a El Comercio que se espera un incremento de humedad en la Sierra y Selva, lo que favorecerá la ocurrencia de precipitaciones localizadas, tales como lluvias en ambas regiones y nieve o granizo en las zonas altoandinas. “Estas lluvias podrían presentarse entre el 22 y el 25 de septiembre en la sierra norte y centro”, detalló Aliaga.
En la Amazonía, el periodo de lluvias comenzó entre el 21 y el 22 de septiembre en la selva norte, y se espera que se generalice para toda la selva peruana a partir del 25 de septiembre. Esta situación es especialmente relevante, dado que las lluvias podrían contribuir a reducir la intensidad de los incendios forestales que han devastado grandes extensiones de bosque en la región.
TEMPERATURAS Y CONDICIONES CLIMÁTICAS
Además de las precipitaciones, el Senamhi pronostica que las temperaturas mínimas nocturnas en la región andina centro y norte occidental, así como en la costa norte y centro, estarán en valores normales e incluso por debajo de lo usual. “Esto afectará a regiones como Áncash, Lima, Ica, Huancavelica, Piura, Cajamarca, Lambayeque y La Libertad”, precisó la especialista.
En cuanto a las temperaturas máximas diurnas, se espera que en la sierra y la selva presenten valores normales a sobre lo normal, lo que podría contribuir a la evaporación de las lluvias y, a su vez, a la reducción de los incendios. Este pronóstico climático genera expectativas positivas para el control de los focos de incendio en estas áreas.
ESPERANZA PARA FRENAR LOS INCENDIOS FORESTALES
Las lluvias anunciadas por el Senamhi traen una esperanza significativa para las regiones afectadas por incendios forestales, especialmente en la Amazonía, donde el fuego ha arrasado grandes superficies de bosque. Estos incendios no solo representan una pérdida ecológica, sino que también amenazan la vida de las comunidades locales y la biodiversidad de la zona.
La llegada de las precipitaciones podría ser clave para controlar los incendios y evitar que se sigan propagando. Sin embargo, Aliaga advirtió que se deben tomar precauciones ante posibles deslizamientos y huaicos en las zonas altoandinas debido a la acumulación de agua en terrenos inestables.
