La ciudad de Trujillo fue escenario de un acto que ha dejado a todos boquiabiertos. Luis Alberto Quilcate, un vecino de la urbanización El Bosque, no pudo soportar más las "pichangas" nocturnas que se llevaban a cabo en el complejo deportivo Cedere, y decidió tomar una drástica decisión: quemar el campo deportivo.
El suceso ocurrió el pasado 28 de julio por la noche, cuando Quilcate, molesto porque un grupo de jóvenes que jugaban fútbol rompieron su ventana con un pelotazo, habría decidido prender fuego a una gran parte del césped artificial del campo. Según testigos, el hombre roció gasolina en una amplia zona del terreno de juego antes de incendiarlo. La rápida intervención de los vecinos no evitó que una parte significativa del campo quedara inutilizable.
ACCIONES LEGALES
Este acto desmedido llevó a que la Procuraduría Municipal de Trujillo iniciara acciones legales contra Quilcate, quien ahora enfrenta cargos por daños a la propiedad pública. "El 25 % del césped artificial del campo está inservible", informó Carlos Sánchez, gerente de Desarrollo Social de Trujillo. La municipalidad ya está tomando medidas para recuperar el área afectada y mejorar las medidas de protección, como la instalación de mallas más altas y resistentes para prevenir futuros incidentes.
PROBLEMAS RECURRENTES EN EL COMPLEJO DEPORTIVO
El campo deportivo, que no contaba con una malla de protección adecuada, había sido motivo de quejas recurrentes por parte de los vecinos. Estos argumentaban que los usuarios del complejo no respetaban las normas de convivencia, y que los balonazos que salían de la cancha frecuentemente causaban daños en las propiedades colindantes. La calidad de las mallas instaladas también fue objeto de críticas, ya que se rompían fácilmente con el impacto de los balones.
Este incidente ha abierto un debate en la comunidad sobre el uso adecuado de los espacios públicos y la importancia de mantenerlos en buen estado para evitar conflictos. Mientras tanto, Quilcate deberá responder ante la justicia por su reacción desproporcionada, que ha dejado una marca imborrable en la comunidad de Trujillo.
