Un total de 165 especies, de 40 familias botánicas, figuran en la primera guía sobre las plantas de los bofedales, humedal altoandino, del Perú elaborado por un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).
El trabajo de investigación de campo y en gabinete duró más de diez años, afirmóo Wilfredo Mendoza, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales de la UCSS y uno de los autores de la obra.
“La guía representa un importante aporte para el reconocimiento de la flora y por ende, para la mejor conservación de los bofedales, que son ecosistemas altoandinos que brindan diversos servicios ambientales fundamentales para la vida humana, como por ejemplo la captación de agua dulce en la cabecera de las cuencas para luego alimentar los ríos durante todo el año”, aseveró.
El investigador explicó también que los bofedales constituyen un importante reservorio de carbono, capturando el exceso de CO2, del ambiente contribuyendo de esta manera a la reducción del calentamiento global.
“El propósito de esta investigación es ayudar con la identificación de las plantas de los bofedales del Perú, que se ubican por encima de los 3,500 metros sobre el nivel del mar. La guía presenta información sobre la descripción, identificación, información de distribución y estado de conservación de las especies, que están presentes en este ecosistema considerado como frágil por el Estado peruano”, comentó.
Entre los detalles que nos trae la guía, está la información de especies endémicas, es decir que se encuentran únicamente en nuestro país y particularmente en el ecosistema de bofedales. Es el caso de la Plagiobothys macbridei, una hierba que mide 2,5 a 7 cm de largo, endémica de las zonas altoandinas de Lima. De la misma manera, la Gentianella dilatata, reportada en los bofedales de Junín y Huancavelica, principalmente en el nevado del Huaytapallana, y que se distingue por su vivo color amarillo y anaranjado.
Entre otras especies de flora más representativas, se encuentran aquellas que llegan a formar cojines como es el caso de Azorella diapensioides, Distichia muscoides y Plantago rigida, esta última presente en 11 regiones del país.
Los investigadores Wilfredo Mendoza, Asunción Cano, José Roque, María Isabel La Torre, Eduardo Navarro, Paul Gonzáles, Amalia Delgado, Susy Castillo, Delsy Trujillo, Dámaso Ramírez, Huber Trinidad y Niels Valencia participaron en la elaboración de la guía, publicada por el Fondo Editorial de la UCSS.
Según el inventario nacional de bofedales de Perú, realizado en el 2023, estos ecosistemas ocupan el 0,8 % del territorio nacional y se encuentran principalmente en los andes del centro y sur del país. Regiones como Puno, Cusco y Arequipa concentran el 50 % de la extensión total de bofedales.
“En el Perú, se requiere un manejo adecuado para una mejor conservación de los bofedales. Por ejemplo, es necesario evitar el sobrepastoreo y no realizar drenaje de agua, porque estos ecosistemas pueden secarse. Al desaparecer reduce el hábitat de muchas especies de flora y fauna, como ejemplo se puede mencionar el caso de la vicuña, los bofedales son áreas de pastoreo durante todo el año”, advirtió Mendoza.
Agregó que, en los últimos años, la extracción de las plantas de los bofedales que están en plena de composición, para su comercialización en mercados y viveros bajo el nombre de “materia orgánica”, es utilizada para la propagación de plantas ornamentales, afectando a estos ecosistemas altoandinos, poniendo en riesgo la supervivencia de las especies de plantas que habitan este ecosistema, así como la existencia de este.