Este año la ancestral técnica de siembra y cosecha de agua que desarrolla el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) en beneficio de los pequeños productores agrarios a nivel nacional, logrará acumular la cifra récord de 16´694,736 metros cúbicos de agua, cifra que equivale a llenar 27 veces el Estadio Nacional.
Esta técnica consiste en captar el agua de lluvia e infiltrarla en los acuíferos desde las partes altas de las cuencas; esta agua llega a las partes bajas a través de puquios, manantes o riachuelos que rebrotan para ser utilizados en la agricultura familiar.
De esta manera, se elevará el nivel de cultivos y la crianza de animales, generando un impacto directo en los ingresos y elevando las condiciones de vida de los agricultores del país.
Durante el presente año, se logrará acumular 6´ 863, 752 M3, más que el año anterior en que se alcanzaron los 9´ 830, 984 M3. Con el volumen que se alcanzará este 2021, se podrá dar cobertura hídrica a 34,714 hectáreas de cultivos diversos, favoreciendo el trabajo de 13,332 familias de pequeños productores en diez regiones del país (Ayacucho, Arequipa, Apurímac, Lambayeque, Lima, La Libertad, Huancavelica, Puno, Ancash y Cajamarca).
Max Sáenz Carrillo, director ejecutivo de la Unidad Ejecutora Fondo Sierra Azul, encargada de los trabajos, explicó que si bien el nivel récord tiene que ver con el mayor número de qochas que se construirán; se debe destacar el interés que muestran las comunidades y autoridades locales, que al conocer la estrategia piden mayores intervenciones para garantizar la seguridad hídrica de sus cultivos.
El funcionario sostuvo que la construcción de diques para optimizar la capacidad de captura de agua en las qochas es la actividad más conocida, sin embargo, la siembra y cosecha del agua comprende también otra serie de acciones que aportan a la recarga hídrica: zanjas de infiltración, forestación y reforestación con especies nativas, recuperación y protección de praderas, así como la rehabilitación del sistema de amunas, que también son actividades que contribuyen a la infiltración de agua al subsuelo.
La participación de las comunidades, junto a su autoridad local, se inicia con el proceso de identificación de las zonas de intervención, luego los mismos pobladores son contratados para que trabajen en la construcción de las obras y después pasan a ser quienes conformarán los comités para el mantenimiento de los diques. Es decir, se fortalece la organización comunal.