Óscar Narro, alias “Cara cortada”, ingresado en un penal con prisión preventiva mientras se inicia su proceso por el asesinato, en enero pasado, del venezolano Orlando Abreu, en un mercado de Trujillo, continúa haciendo revelaciones sobre su peligroso accionar.
Ante la Policía Nacional, declaró que no hubiese regresado a las andadas de no haberse roto su matrimonio, que lo malo lo había dejado atrás, que tomó el camino de Dios, era predicador, pero de un momento a otro todo se derrumbó para él con la separación.
“Mi esposa se separó de mí, yo quería hacer el bien, predicando. Mi suegra se propuso separarme y se fue a las ‘huaringas’ a hacer brujería, magia negra, y tantas cosas, por eso me separé de mi esposa. Nunca hubo traición o adulterio”, comentó en detenido.
La historial delincuencial de Narro Correa es extensa. En 1997 fue condenado por robo y hurto; en el 2001 sentenciado a 10 años por robo agravado; en el 2019, su esposa lo denuncia por violencia; y en el 2020 fue intervenido por incumplimiento del Estado de Emergencia.
