Se trata de las empresas Curtiembre Mantaro, Lavandería Universal Clean, Lavandería Vikicar y Lavadero 24 de Junio, las que vierten residuos industriales al río Huaycoloro, según comprobó la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
Asimismo, vierten sus residuos industriales, aunque por canales secundarios del río, las empresas Bahía Trading, San Camilo, Tecni Wash, Cartonería Progreso, empresa Leonardo Aranruge Llamota, Lavandería Dante, Ledy Color y Lavandería Chaparral, según la página web de la referida institución.
El director ejecutivo de Digesa, Jorge Albinagorta, dijo que es necesaria la construcción de plantas de tratamiento de residuos industriales para preservar el medio ambiente, como lo han hecho hasta el momento las empresas Gloria S.A. y la cervecera Ambev Perú.
Albinagorta manifestó que Digesa, otras instituciones gubernamentales y representantes de las empresas contaminantes han constituido un comité técnico para recuperar progresivamente la calidad sanitaria de la quebrada Huaycoloro.
En esa comisión participan especialistas del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), el Ministerio de la Producción, Sedapal, el Consejo Nacional del Ambiente (Conam), las municipalidades de Lima y de Santa María de Huachipa, y de la Administración Técnica del Distrito de Riego Chillón-Rímac-Lurín.
"Ellos (los representantes de las empresas contaminantes) nos están presentando sus proyectos de plantas de tratamiento, pero no las construyen todavía. Por eso, lamentablemente hemos tenido que multarlos, porque así lo indica la ley", refirió.
Cada empresa tiene un plazo de adecuación ambiental fijado por la comisión; y aunque sus directivos se han sentado a la mesa a conversar y Digesa les ha brindado asesoría, eso no exime a esta institución de la responsabilidad de establecer multas, comentó.
Según un informe sobre la situación del río Huaycoloro elaborado por Digesa en marzo del año pasado, son altos los aportes de contaminación bacteriana a lo largo del río, y también existen grandes cantidades de aceites, grasas y coliformes totales.
La contaminación ha llegado a tal punto que los vertimientos han generado que el río tenga una coloración azul y gris en algunos sectores, sobre todo en los cercanos a las lavanderías y a las textiles.
A esto se suman los residuos sólidos (desperdicios) que la población arroja cerca del río, lo que incide directamente en la calidad del cuerpo del agua, precisa el informe de la entidad.
La investigación también encontró plomo y cromo que superan el valor límite establecido en la Ley General de Aguas, lo que implica un alto riesgo de contaminación para los habitantes de los alrededores.
"La idea es que las empresas construyan sus plantas al tratamiento y finalmente no arrojen residuos industriales al río sino residuos tratados, como lo viene haciendo Gloria, por ejemplo", refirió el funcionario.