Ríos Rímac y Chillón presentan residuos fecales hasta cien mil veces más de lo establecido
Los ríos Rímac y Chillón presentan en las zonas bajas una contaminación con residuos fecales de hasta cien mil veces más que el límite permitido, afirmó hoy una fuente de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
Los ríos Rímac y Chillón presentan en las zonas bajas una contaminación con residuos fecales de hasta cien mil veces más que el límite permitido, afirmó hoy una fuente de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
Fausto Roncal Vergara, director de Ecología y Protección del Ambiente de Digesa, explicó que la Ley General de Aguas estable como límite permisible hasta mil unidades de coliformes fecales por cada cien mililitros de agua.
Sin embargo, los estudios revelan que en esos dos ríos existen entre diez mil y cien mil desechos orgánicos de ese tipo por cada cien mililitros de agua, informó.
Precisó la contaminación alcanza su nivel máximo durante las épocas del año en que se registra un menor caudal, pues cuando los ríos están cargados arrastran todos los desechos.
Roncal sostuvo que el “Río Hablador” es el más contaminado con residuos fecales porque los desagües de Vitarte, Chaclacayo, Chosica, Matucana y Lima desembocan directamente en sus aguas y, además, los pobladores botan sus desechos a este cauce.
En la cuenca alta del río Rímac se explota plomo, cobre, zinc, plata, oro y antimonio. Esta actividad minera provoca que un gran volumen de vertimientos llegue directamente al río, aunque algunas empresas usan canchas de relave y canales, señaló.
Cerca de este río también existen fábricas de productos químicos, textiles, papel, alimentos, materiales de construcción y cerveza, anotó.
Un estudio de Digesa realizado el 2004 demostró que ha disminuido en el río el impacto negativo causado por la actividad empresarial; sin embargo, en la actualidad 30 firmas se encuentran en proceso de sanción por presuntamente contaminar el Rímac, refirió.
De ese total, dijo, 17 empresas son industriales, ocho municipales, tres del sector agrario y dos mineras.
En el caso del río Chillón, el problema es la gran cantidad de descarga de basura, lo que provoca la presencia de roedores y moscas, así como malos olores, manifestó Roncal.
Digesa ha establecido zonas de monitoreo en los más de tres mil ríos del Perú, donde un grupo de especialistas toma muestras cada dos o tres meses y estudia el grado de contaminación.