En el marco de sus acciones de fiscalización sostenible, la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), en coordinación con la Municipalidad de La Molina y la Policía Nacional, envió al depósito una unidad informal que operaba en condiciones deplorables y que era conocida como la “cúster calavera”.
EL TERROR DE LAS PISTAS
El vehículo, de placa M1N-755 y con 38 años de antigüedad, fue intervenido en la cuadra 60 de la avenida Javier Prado. Según el reporte de la ATU, la cúster carecía de Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) y era conducida por una persona sin licencia de conducir.
Durante la inspección, llamó la atención el estado del vehículo: asientos destruidos, ventanas rotas, paneles interiores improvisados con cartón y triplay, cables expuestos y faros inoperativos. Además, la placa de rodaje era una réplica artesanal elaborada con madera.
El historial de la unidad revela que acumulaba 32 multas emitidas por la ATU, todas por brindar el servicio sin autorización, que sumaban más de S/600 000. Pese a ello, cubría la ruta entre la zona de Ceres, en Ate, y la avenida La Molina.
Durante la intervención, un grupo de allegados al conductor intentó impedir el traslado del vehículo al depósito, pero no logró su cometido.
La ATU informó que solo en las dos primeras semanas de septiembre se realizaron 164 operativos en Lima, lo que permitió enviar al depósito 254 unidades. De estas, 112 acumulaban multas superiores a cinco millones de soles y se detectó que 99 conductores manejaban sin brevete.