Una reciente investigación del diario La República reveló que la Policía Nacional del Perú (PNP) ha destinado S/17.3 millones en la adquisición de 168 vehículos para oficiales de alto rango, incluidos modelos de alta gama. Entre los beneficiados se encuentra el propio comandante general de la PNP, teniente general Víctor Zanabria Angulo, quien además firmó la autorización para el proceso de compra. Esta medida ha generado cuestionamientos por el uso de recursos públicos en un contexto de creciente inseguridad ciudadana.
El lote incluye 8 camionetas Audi valorizadas en más de S/1.6 millones, destinadas a los tenientes generales; 40 camionetas Toyota RAV4 para generales, por un valor total de S/5.2 millones; y 120 Toyota Corolla para coroneles, cuya compra ascendió a S/11.9 millones. Aunque las autoridades argumentan que esta adquisición se ampara en una norma interna que otorga vehículos de comando a oficiales en actividad, dicha norma no especifica marcas ni modelos, lo que deja a discreción de la Comandancia General la elección de los mismos.
Controversia por prioridades institucionales
Mientras unidades policiales en zonas como Pomacanchis, en Cusco, carecen incluso de un patrullero operativo, el Alto Mando de la PNP habría optado por priorizar la compra de vehículos costosos. La licitación se realizó a través del SEACE y fue adjudicada a las empresas Euroshop y Autoespar, cuyos precios por unidad oscilaron entre S/99 mil y S/200 mil, según el modelo. Según fuentes citadas por La República, las camionetas Audi ya habrían sido entregadas en una ceremonia reservada dentro de la institución.
El general en retiro José Baella, exjefe de la Inspectoría General de la PNP, criticó la decisión, calificándola como una muestra de falta de criterio. A su juicio, los recursos debieron destinarse a mejorar capacidades logísticas, armamento, infraestructura y equipamiento del personal policial, frente al creciente desafío de combatir el crimen organizado. Pese a que el Alto Mando sostiene que existen otros presupuestos para esas necesidades, la polémica por la elección de las prioridades persiste.