Víctor Hugo Lurquín, exentrenador personal y expareja de la modelo Ducelia Echevarría, fue condenado en 2022 a 10 años de prisión por abuso sexual. Sin embargo, a casi dos años de la sentencia, el agresor sigue libre, desatando la indignación de sus víctimas y la sociedad peruana.
TESTIMONIOS QUE ESTREMECEN
La modelo Alessandra Bonelli, quien fue víctima de Lurquín en 2015, decidió contar públicamente el horror que vivió. Según su testimonio, el entrenador la drogó con benzodiazepinas mezcladas con alcohol tras invitarla a su departamento bajo la excusa de realizar un tratamiento para reducir grasa corporal. “Confiaba en él. Era cercano a mi familia y se preocupaba por mi bienestar”, expresó visiblemente afectada. La historia fue expuesta por Magaly TV, La Firme.
Las pruebas forenses fueron contundentes: se halló líquido seminal en las prendas de Bonelli, lo que permitió una condena en noviembre de 2022. Sin embargo, la demora en el proceso judicial y la falta de celeridad en la captura han permitido que el agresor permanezca prófugo. Además, otras mujeres han empezado a denunciar públicamente a Lurquín por emplear el mismo modus operandi, lo que sugiere un patrón de comportamiento.
LLAMADO URGENTE A LAS AUTORIDADES
Laura Cuadros, otra de las denunciantes, ha utilizado sus redes sociales para advertir sobre el peligro que representa Lurquín. “Es inconcebible que, con una orden de captura vigente, siga libre. Esto no solo prolonga nuestro sufrimiento, sino que pone en riesgo a otras mujeres”, denunció. Por su parte, Julio César Mendoza Herrera, abogado de Bonelli, subrayó que el sistema judicial permitió al condenado ganar tiempo para huir.
Mientras tanto, las víctimas piden a las autoridades priorizar la búsqueda de Lurquín y evitar que nuevas mujeres sean atacadas. Este caso reabre el debate sobre las deficiencias del sistema de justicia y la necesidad de garantizar medidas más efectivas para proteger a las víctimas y asegurar que los culpables enfrenten sus condenas.