La pesadilla de E.N.S., experto en informática, comenzó el pasado 26 de setiembre del 2023. Mientras se encontraba en su vivienda de Lima junto con su pareja e hijo de nueve años, agentes de la Policía Nacional interrumpieron la tranquilidad de su hogar y se lo llevaron detenido ante la desesperación de su familia. Nadie entendía lo que sucedía.
Su sorpresa fue mayor al conocer que le atribuían los delitos de extorsión de menores de edad, pornografía infantil y más de 200 amenazas de bombas a instituciones de Estados Unidos vía internet. En la comisaría de Surco, donde está la sede de la Interpol en Perú, le informaron que el FBI activó la notificación roja en su contra y que sería extraditado.
PRESENTADO A LOS MEDIOS
Al pensar en las consecuencias de salir ante los medios de comunicación acusado de esos delitos y con ello poner en peligro su futuro, pidió que no fuera expuesto. Le aseguraron que no sería exhibido, pero pasó lo contrario. Luego, fue internado en el penal de Castro Castro, en San Juan de Lurigancho, donde pasó momentos muy difíciles.
Un día, mientras esperaba su extradición a fin de tener la oportunidad de defenderse, fue notificado de su liberación. A través de una nota diplomática, la Embajada de Estados Unidos retiró todos los cargos en su contra, ya que las amenazas de bombas continuaron mientras él estaba en la cárcel.
IMAGEN PERJUDICADA
Aunque la noticia lo emocionó, cuando salió, luego de 38 días de haber estado recluido, se dio cuenta que la pesadilla no terminaba, pues su imagen y nombre habían sido dañados irremediablemente. E.N.S. no registraba antecedentes policiales ni movimiento migratorio, todo fue un error del FBI, informa BBC.
