Cuando Johan Tinoco Gaitán nació tenía un diagnóstico: Hipoplasia Renal, es decir, una malformación renal congénita caracterizada por un riñón anormalmente pequeño. Estos riñones no se desarrollaron desde su nacimiento, sin embargo, con un tratamiento adecuado llevaba su vida con normalidad, hasta que, en el 2020, ya adolescente, contrajo el coronavirus y su salud renal empeoró terminando en diálisis.
“Nuestro paciente tuvo un cuadro muy severo por la COVID-19 y estuvo hospitalizado durante tres meses, pero cuando al fin pudo superar la enfermedad por este virus, su función renal quedó bastante afectada, tuvo que someterse a procesos de hemodiálisis tres veces por semana. Eso no es vida para un muchacho”, detalló el Dr. Wilmer Bacilio Calderón, jefe del Servicio de Trasplante Renal del hospital Almenara del Seguro Social de Salud (Essalud).
Atado a una máquina de diálisis durante varios meses, sin mejoría alguna, los médicos del Almenara evaluaban realizar un trasplante de riñón para salvarle la vida, pero la estadística sobre donación de órganos en nuestro país desalentaba a Johan, ya que solo existen dos donantes por cada millón de habitantes.
UNA MUJER QUE VIO NACER A SU HIJO DOS VECES
Sin donantes presentes, la mamá de Johan preguntó que más podía hacer para ayudar a su hijo. Entonces, los especialistas de Essalud le explicaron que ella podía donar y que solo necesitaban someterla a estudios de compatibilidad. Lucía Gaitán no lo dudó ni un segundo. En el día del cumpleaños de su hijo, recibieron la mejor noticia: el trasplante era posible.
“Me siento muy agradecida con Dios y con el personal de Essalud. A las personas que dudan sobre la donación, les pido que no tengan miedo, que donen por favor, no afectará su salud sino todo lo contrario, tendrán la satisfacción de que esa persona va poder rehacer y continuar con su vida”, dijo muy conmovida la mamá de Johan.
La salud de Johan comenzó a mejorar y ya está apto para retornar a clases presenciales. “Su nuevo riñón comenzó a funcionar inmediatamente, su calidad de vida ha mejorado y pronto se incorporará a sus actividades de educación, llevando siempre un seguimiento y control mensual hasta que el órgano se adapte al paciente por completo”, dijo el médico especialista.
Tras haber soportado una operación de casi siete horas, Johan y Lucía escriben un nuevo capítulo en sus vidas. Sanos y más fuertes, pero sobre todo juntos hacia adelante.
