Las piscinas y playas se han convertido en uno de los pasatiempos preferidos del verano, sobre todo para los niños. Pero, más allá de lo divertido que podemos encontrar estos centros de esparcimiento, existe el riesgo de contraer alguna enfermedad a causa de las bacterias y gérmenes que se hallan en el agua, por lo que los veraneantes deben estar muy atentos, sobre todo con las molestias en los oídos.
El Dr. Luis Miranda Ovalle, otorrinolaringólogo del hospital Guillermo Almenara del Seguro Social de Salud (EsSalud), explicó que el oído está preparado para resistir solo cierto contacto con el agua.
“Muchas personas suelen lanzarse de los toboganes, del borde de la piscina o realizar piruetas en el agua en modo de recreación y es comprensible. Sin embargo, estos movimientos suelen ser bruscos y pueden terminar comprometiendo los oídos”, explicó.
El especialista señaló que el conducto auditivo es muy sensible porque solo está compuesto de piel y hueso, no hay músculo que haga de soporte. Por ello, al contacto brusco con el agua, puede originarse el taponamiento de este órgano sensorial.
El niño o adulto escuchará un sonido agudo y luego podría sentir un mareo ya que el oído no solo es audición sino también equilibrio, recordó el otorrinolaringólogo, quien dio algunas recomendaciones para evitar esto:
• No es recomendable sacudir bruscamente el oído para retirar el agua, podríamos empeorar el taponamiento.
• No introducirse nada al oído ni hisopos ni palitos, etc. Solo secarse bien la oreja y la entrada del conducto auditivo.
• Se sugiere utilizar los gorros especiales de natación de manera adecuada, cubriendo ambas orejas por completo.
• Si aún tiene molestias como dolor o sensación de oído tapado, acudir al especialista otorrinolaringólogo.
¿CÓMO AFECTA EL CLORO Y LA ARENA A NUESTROS OÍDOS?
El agua de piscina tiene cloro y, al contacto constate con nuestros oídos, puede ir disolviendo el cerumen que actúa como protector. “Si el cloro llega hasta nuestros conductos auditivos los irritará, pero sobre todo provocará una otitis externa que es una inflamación extremadamente dolorosa y, en verano, es una de las consultas más frecuentes”, advirtió el Dr. Luis Miranda.
Señaló que esto ocurre mayormente con las personas que pasan mucho tiempo dentro de la piscina, sean deportistas o alumnos de natación. Muchos de ellos se limpian los restos de cloro utilizando hisopos y lo hacen de manera tan profunda que llegan a dañar el cerumen natural sin saber que este actúa como repelente contra gérmenes, bacterias, hongos, y, al ingresar nuevamente a la piscina, tienen los conductos auditivos expuestos.
RECOMENDACIONES
El especialista de EsSalud recomendó el uso de tapones auditivos para quienes vayan a pasar más de 45 minutos bajo el agua de la piscina, pero también para quienes gustan visitar constantemente el mar y bañarse en sus aguas.
“Al salir de la playa muchos veraneantes suelen limpiarse los oídos con hisopos, creyendo que así eliminarán los restos de arena, pero no saben que pueden estar empeorando la situación, empujándola hacía el canal auditivo”, indicó.
EsSalud recuerda que es importante visitar al especialista en caso sospeche de alguna sensibilidad en los oídos, antes de exponerse a la piscina o la playa.
