Hoy cumplimos 199 años de independencia y si de algo no nos hemos liberado a pesar de estos casi dos siglos es de la corrupción. El 62% de peruanos considera que la corrupción es uno de los grandes problemas del país, según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos.
Pepe el Vivo, es un personaje cínico de 1976 que hasta ahora no desaparece. Si algo no soporta ese vivazo que personifica la actitud de muchísimos peruanos es que lo pongan en evidencia. Hoy, a solo un año de cumplir 200 años regalémosle al Perú la posibilidad de ser un mejor país desterrando de nuestras vidas de una vez por todas a Pepe el Vivo.
Esa “PEQUEÑA” corrupción a la que comúnmente llamamos “criollada”, “viveza”, o cultura de “Pepe el vivo”. Que nos sirve para beneficiarnos nosotros mismo, no importa si estamos al margen de la ley o si perjudicamos al resto.
El tráfico y el transporte público es, tal vez, el mejor ejemplo tolerancia ante la criollada o “pequeña” corrupción. Los colectivos informales aparecen en un contexto en el que el transporte público es deficiente e insuficiente. Quienes realizan este servicio siempre tienen una excusa para justificar sus faltas y los usuarios siempre encontrarán una manera de justificar su uso, aun cuando les resulte más caro y más peligroso.
Según el psicólogo social, Jorge Yamamoto, señala que esta crisis de valores es la que nos hace tolerantes a la "pequeñas" corrupción y críticos a la gran corrupción.
Finalmente, el especialista señaló que hay casos de países que han pasado lo mismo y ahora son lugares de ejemplo cortando el mal ejemplo de los adultos y fomentando los valores desde los primero años de educación.
