En medio del estado de emergencia decretado por el gobierno para frenar el avance del coronavirus, hay dos personas que descienden de los cerros de Chorrillos, caminando o en bicicleta, con un permiso muy especial para transitar.
Miguel Pérez (54) no es médico ni enfermero, pero cuando los miembros de la Policía o de las Fuerzas Armadas lo detienen para consultarle por qué está fuera de su vivienda, responde con orgullo que se dirige a los Pantanos de Villa.
Lleva 16 años acudiendo desde su casa, en la Av. 12 de Octubre, hasta esta área natural que administra la Autoridad Municipal de los Pantanos de Villa (Prohvilla). Lo hace de día y de noche, de 8 a.m. a 5 p.m. y de 5 p.m. a 8 a.m.
“Hay gente inescrupulosa que arroja basura en el cerco vivo. Caminamos por la zona para evitar que estas personas sigan dañando el hábitat de las aves”, asegura Pérez, quien se turna la vigilancia del área junto con otros compañeros.
Eva Gómez (35) desempeña, en igual horario, la misma destacada labor. Desde la tercera zona de Las Delicias de Villa, donde vive, va a pie para impedir que más pescadores furtivos y animales domésticos ingresen al área natural.
“A veces se encuentran pescadores furtivos, la gente arroja desmonte y hay perritos que también ingresan al área. Para afrontar estos problemas llamamos a la Policía Ecológica o al serenazgo del distrito”, nos cuenta Gómez.
Miguel y Eva son conscientes de lo fundamental que es su labor. Es así que piden a la gente que no olvide el mensaje que la Municipalidad de Lima busca transmitir a la ciudadanía: #EnLimaNosAyudamosTodos quedándonos en casa.
