El Papa Francisco rompió el protocolo a su llegada a la Nunciatura y pidió un micrófono para dedicar unas palabras a los fieles que se apostaron en los exteriores de la sede apostólica para poder verlo de cerca y darle la bienvenida.
“Muchas gracias por haber venido hasta aquí. Quisiera darles a todos ustedes y a sus familias la bendición. Recemos juntos a la virgen”, señaló el pontífice para dar inicio a una oración colectiva.
Terminado el rezo, el Santo Padre le dio la bendición a todos los asistentes e ingresó a la sede donde reposará y tomará sus alimentos. “Que los bendiga Dios todopoderoso y el espíritu santo. Recen por mí, no se olviden”, agregó.