El centro comercial donde ocurrieron las muertes de cinco personas, entre ellas la del asesino identificado como Eduardo Romero Naupay, reabrió sus puertas al promediar las once de la mañana. Varios trabajadores y público en general precisaron no sentirse seguros.
“Cómo es posible que no haya seguridad hace un año, siendo una zona bancaria, hay discotecas señor alcalde (…) cómo puede tener un arma, una persona así a muerto, un señor que tenía una hijita creo”, señaló una persona.
Diversos transeúntes perciben que la seguridad de la zona no es suficiente. “No hay una coordinación entre la Policía y la municipalidad porque acá nunca se le ve a un policía acá. No hay mucha presencia policial, en absoluto”, menciona un ciudadano.
Por otro lado, algunos de los sobrevivientes se encuentran internados. Ese es el caso de Martín Moreno Zavaleta, gerente de Control y Fiscalización Urbana de la Municipalidad de Los Olivos. “El daño que tiene en el cuello causó daño en la carótida que es una artería que irriga el cerebro, hay que ver cómo evoluciona el paciente después de este procedimiento”, precisa una doctora de la Clínica Jesús del Norte.
Veronika Ramirez, trabajadora de la discoteca Seven, también está en aquel centro clínico. Ella permanece en cuidados intensivos por presentar un traumatismo en la vértebra. En tanto, su compañera de labores y agente de seguridad del club nocturno, Gloria Valdez, indicó que si no hubiese sido por su jefe César Arellano Chumacera, quien falleció en el lugar, no estaría viva.
