La moneda fue creada después de la independencia de Perú, reemplazó al peso, que era utilizado desde la colonia, y con ella surgió la ley de reforma monetaria aprobada por el Congreso 1863, durante el gobierno del general Miguel de San Román.
El cambio de moneda se debió a la invasión de la moneda feble boliviana que desde 1840 ingresó al país provocando confusión con la moneda local. Las monedas bolivianas tenían un menor contenido de plata que la moneda peruana, y originó un perjuicio a las personas y al comercio nacional.
Las monedas febles bolivianas habían ingresado al país para atender una escasez de metálico, fenómeno que se advirtió también en otras naciones de Sudamérica después de la independencia. Por entonces, las acuñaciones que se hacían en Perú eran insuficientes, lo que no facilitaba las transacciones monetarias.
El problema fue grande pues el peso boliviano casi había desplazado a la moneda peruana. Se estima que circularon 12 millones de monedas febles en el país.
Ante esta situación, la reforma monetaria sustituyó el Peso por el Sol, que se acuñaría tanto en plata –con el mismo contenido de metal que el peso colonial- como en oro.
La nueva moneda adoptó el sistema decimal, es decir, se reemplazó el Peso dividido en ocho reales por el Sol de 100 centavos. Una vez puesto en circulación, se cambiaba casi a la par con el dólar de EEUU.