La ola de mujeres asesinadas sigue en aumento. La última víctima identificada como Juanita Mendoza, falleció este fin de semana luego de permanecer varios días internada en un hospital de la capital al haber sido rociada de combustible y posteriormente quemada viva por parte de la expareja de su hermana.
Un caso similar que también conmocionó a la población este año fue el de Eyvi Ágreda, una joven que murió por culpa de un sujeto que en venganza le echó un líquido para prenderle fuego al interior de un bus de transporte público.
Según las cifras brindadas por la viceministra de la Mujer, Silvia Loli, solo una de cuatro víctimas se atreven a denunciar situaciones de violencia. En tanto, hasta marzo del 2018 un total de 32 mujeres perdieron la vida en manos de sus victimarios, mientras que 82 sobrevivieron. Sin embargo, lo más alarmante es que esta ola continúen ascenso. A comparación del año pasado, 50 víctimas más pasaron a ser parte de estos datos.
Tras registrarse tantas muertes en nuesto país, esperamos que las autoridades de una vez tomen medidas con mayor rigor para estos casos y actúen prontamente antes que sea demasiado tarde y otra familia se esté lamentando la pérdidas de una mamá, abuela, hija o hermana.
