Lo que parece ser una clase normal para niños de 5 o 6 años, esta vez tiene como alumnado a personas que después de 40 años deciden ir por primera vez a una clase escolar, porque diversas circunstancias las hicieron analfabetas.
Hoy, La Ley de la Calle llegó a un asentamiento humano, ubicado en San Juan de Lurigancho para conocer la historia de Vilma Ticlla, una peruana que lo dejó todo en su natal Junín para salir adelante.
Ella es una mujer y madre emprendedora de 46 años que vende jugos de fruta en el centro de Lima, pues es el sustento de sus 6 hijos. Convive con sus 4 hijos menores y el padre de ellos, con el según nos cuenta, no tiene alguna relación.
A Vilma la vida no le regaló todo, al contrario se lo quitó todo. Ella es una sobreviviente de la época mas oscura del país. "En el 83, mi papá desapareció. No sé dónde estará para velarlo; a veces me hago la idea que mi papá está vivo", expresó.
Debido a eso, no tuvo educación primaria y no aprendió a leer, ni a escribir. Es así que lucha por sus hijos, llega a su puesto y empieza con los suyo: los jugos naturales. Ahora, se alista para ir a su primer día de clases y emocionada nos dice que "nunca es tarde para aprender".
Y es que eso es posible gracias a una iniciativa de la Municipalidad de Lima y el Ministerio de Educación llamado 'Aprendiendo emprendo', en la que alrededor de 150 comerciantes recibirán clases de escritura y lectura de forma gratuita.
Esta es una historia de emprendimiento, guerreras que sacaron adelante a sus familias y ahora se dan una segunda oportunidad para aprender todo lo que la vida alguna vez les arrebató.