A propósito de la Semana Santa, La Batería quiso conocer cuáles son los pecados capitales en los que incurrieron los políticos. Esos excesos que a muchos le valieron críticas en su momento, pero que ahora son recordados hasta con cierta gracia.
A algunos congresistas, por ejemplo, no les importó estar debatiendo la promulgación de una norma o ley y se pusieron a dormir en pleno hemiciclo. Ellos, por supuesto, cayeron en profundo hoyo de la pereza.
O bastará mencionar al candidato presidencial que le gusta el buen beber, aquel que gasta sin reparos y compra bebidas de exclusivas marcas. ¿Alguien dijo gula por ahí?