Tras una tensa votación, el Parlamento griego dio el voto de confianza al primer ministro, Yorgos Papandréu, quien solicitó el apoyo del congreso para continuar en el poder, y responder a la crisis con un gobierno de unidad nacional.
Los partidos opositores rechazaron la propuesta de Papandréu, en una primera instancia sin embargo, una agrupación de centroderecha decidió apoyar al primer ministro.
Papandréu obtuvo 153 votos, de los 151 que requería para continuar como la cabeza del gobierno griego, mientras que la oposición solo logró reunir 144 votos.
El primer ministro Papandréu, se encuentra bajo fuerte presión de la oposición conservadora de dimitir y convocar elecciones, dijo que unos comicios en estos momentos serían "catastróficos".