Miles de trabajadores de todo el país, acataron hoy una paralización convocada por el sindicato CGIL, en protesta por las medidas de ahorro aprobadas por el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi para combatir el déficit fiscal.
La huelga de ocho horas coincide con el inicio en el Senado, de un debate sobre el plan de ajuste por 64,000 millones de dólares anunciado el mes pasado por el Gobierno, para intentar calmar los temores en el mercado interno de un impago de la deuda pública.
CGIL y otros críticos como el Partido Democrático, alegan que el plan golpeará a las familias más pobres y no logrará introducir reformas que conduzcan al crecimiento económico, refiere el cable de la agencia DPA.
El paquete de medidas pretende persuadir al Banco Central Europeo de la fortaleza italiana y de su deuda, ante el miedo de contagio de la crisis de deuda de Grecia. Los analistas habían advertido que la tercera mayor economía de la Eurozona no podría sostener el nivel actual de deuda.