El gobierno de Chile manifestó su disposición a dialogar para buscar una solución a un prolongado conflicto educacional tras multitudinarias manifestaciones callejeras el martes en esta capital y otras ciudades que en algunos casos derivaron en actos vandálicos.
Por la noche del martes en la capital y provincias se registraron extendidos "caceroleos", una práctica común de los opositores durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que consiste en golpear ollas y cacerolas en forma interrumpida, a veces por horas.
En la jornada del martes grupos de encapuchados en la capital levantaron barricadas de fuego e incendiaron al menos dos automóviles, y hubo algunos intentos de saqueos por parte de turbas.
El vocero oficial, Andrés Chadwick, en declaraciones a radio Cooperativa el miércoles dijo que el gobierno está dispuesto a buscar una solución al conflicto estudiantil, que ya se extiende por más de dos meses.
"A mí me dicen los dirigentes estudiantiles, como lo dijo el ministro (de Educación, Felipe) Bulnes 'mesa de trabajo hoy a la hora que ellos estimen', (las autoridades respondemos) mesa de trabajo constituida", expresó Chadwick.
El conflicto mantiene paralizadas muchas universidades y colegios de enseñanza secundaria administrados por los municipios y cuyos estudiantes demandan mejoras en la educación, mayores recursos, el fin del lucro en establecimientos educacionales que reciben recursos estatales y concluir con la dependencia de las municipales de los colegios secundarios.
A raíz de desmanes el martes desencadenados después del mediodía fueron detenidas 273 personas, a las que se sumaron otros 126 detenidos por la noche, según el balance entregado el miércoles por el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien informó también que se registraron durante toda la jornada de protesta 78 heridos: 23 civiles y 55 policías
(Fuente: Agencias)