Estados Unidos y Francia aumentaron la presión sobre el presidente sirio, Bashar al-Assad, diciendo que no tenía legitimidad y estaba perdiendo el control del poder, después de que partidarios del gobernante atacaran sus embajadas en Damasco.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas también condenó el martes "en los términos más enérgicos" los ataques de manifestantes contra las representaciones diplomáticas.
"Ha perdido la legitimidad al rechazar encabezar la transición" a la democracia, dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney a periodistas, endureciendo aún más la retórica de Estados Unidos contra el líder sirio por la dura represión de las protestas.
El lunes, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo a periodistas: "No nos aporta absolutamente nada que él se quede en el poder". Un comunicado del Consejo de Seguridad leído a los medios por el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig, presidente este mes del organismo, instó a las autoridades sirias para proteger la propiedad y el personal diplomático.
El secretario general del organismo, Ban Ki-moon, emitió poco después un comunicado muy similar, pero también llamó a "un diálogo creíble y reformas políticas" en Siria sin demoras.
Previamente, el primer ministro francés, François Fillon, había acusado a Rusia y China de tratar de bloquear una resolución de la ONU sobre Siria, diciendo que era "intolerable que el Consejo de Seguridad permaneciera en silencio ante tal tragedia".
El embajador sirio ante la ONU acusó a Estados Unidos y Francia el martes de distorsionar y exagerar los hechos sobre los ataques por parte de manifestantes contra sus embajadas en Damasco.
El enviado, Bashar Ja'afari, dijo a periodistas que Siria había tratado de proteger las embajadas y que algunos manifestantes implicados en los acontecimientos del lunes habían sido detenidos y serían llevados ante la Justicia.
Siria denunció los comentarios de Clinton en la agencia de noticias estatal SANA y los calificó de "provocativos" y con la intención de "continuar con la tensión interna".
"Estas declaraciones son otra prueba de la flagrante intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de Siria. La legitimidad del Gobierno de Siria no se basa en Estados Unidos y otros, surge de la voluntad del pueblo sirio", dijo.
Clinton habló después de que los seguidores de Assad ingresaran a la fuerza en la embajada estadounidense el lunes, rompieran placas y los guardias de seguridad tuvieran que disparar para alejar a la multitud de la embajada francesa.
Los ataques siguieron a las protestas contra una visita del embajador estadounidense Robert Ford y el enviado francés Eric Chevallier a Hama, el foco actual del levantamiento contra Assad.
Inspirados en las protestas en Egipto y Túnez que derrocaron a sus líderes, decenas de miles de sirios tomaron las calles en marzo exigiendo más libertades. Las manifestaciones también se desataron por la ira y la frustración por la corrupción, la pobreza y la represión.
Assad ha respondido a las protestas con una mezcla de fuerza y promesas de reformas. Envió a sus tropas y tanques a ciudades y pueblos para aplastar las manifestaciones. Miles de personas fueron arrestadas.
Los Gobiernos occidentales han condenado la violencia de Assad contra las manifestaciones, pero su respuesta práctica se ha limitado a sanciones contra altos funcionarios, muy lejos de la intervención militar contra Muammar Gaddafi en Libia.
El Gobierno del presidente estadounidense Barack Obama se había limitado a criticar a Assad por la represión. Recién el lunes se refirió a su legitimidad.
Washington ha impuesto sanciones a Assad y a miembros de su círculo íntimo y ha dicho que está trabajando con sus aliados para llegar a un consenso internacional para tomar medidas y presionar a su Gobierno. Grupos de derechos humanos afirman que al menos 1.400 civiles murieron desde que comenzó la revuelta en marzo.
(Fuente: Agencias)