El jurado, que pasó casi seis meses escuchando los relatos de más de 250 testigos de varias partes del mundo, alcanzó su decisión por mayoría después de deliberar por cuatro días.
Diana y su amante Dodi al-Fayed murieron en agosto de 1997 cuando el Mercedes en que viajaban chocó contra una columna de un túnel de París mientras eran perseguidos por varios paparazzi.
La investigación judicial, que se estima que ha costado unos 20 millones de dólares (casi 13 millones de euros), se extendió a todo el mundo con testimonios por videoconferencia desde Francia, Estados Unidos, Nigeria, Kenia y Australia.
La iniciativa judicial se retrasó durante 10 años porque Reino Unido tenía que esperar a la finalización del proceso legal francés y después una investigación policial británica.
Ambas investigaciones policiales concluyeron que el fatal choque fue un trágico accidente causado por el chófer, que había bebido y conducía demasiado rápido.
Según la ley británica, es necesaria una investigación para determinar la causa del fallecimiento cuando alguien muere de forma no natural.
El padre de Dodi al-Fayed, Mohamed al-Fayed, ha acusado al príncipe Felipe, el suegro de Diana, de estar detrás de su muerte.
Fayed ha dicho al tribunal que Dodi y Diana lo llamaron apenas una hora antes del fatal accidente para decirle que estaban comprometidos y que ella estaba embarazada.
Otras posibilidades de veredicto eran el de una muerte accidental, o un veredicto abierto en caso de que el jurado hubiera considerado que había evidencia insuficiente para apoyar cualquier veredicto substantivo.