El potente huracán Félix, que golpeó el martes las costas de Nicaragua, arrasó con vientos y torrenciales lluvias un pueblo entero en el Caribe, y avanzaba tierra adentro amenazando con deslaves a Honduras y Guatemala.
Como tormenta potencialmente catastrófica de categoría 5, la máxima en la escala Saffir Simpson, Félix tocó tierra a las 6.00 hora local (1200 GMT) cerca de Punta Gorda y al noroeste de Puerto Cabezas con vientos de 260 kilómetros por hora.
Félix castigó con toda su furia y devastó a pueblos pesqueros de casas humildes de madera habitadas en su mayoría por indígenas miskitos y la etnia garifuna.
De acuerdo con el diputado miskito Brooklyn Rivera, dos personas murieron. Pero Defensa Civil sólo confirmó el fallecimiento de una niña en un albergue por "causas naturales."
Otra persona estaba desaparecida. Una decena de embarcaciones pesqueras también fueron reportadas como desaparecidas.
En Puerto Cabezas, el azotador viento arrancó hasta los techos de la iglesia del pueblo y de la casa de Gobierno y se habían cortado la electricidad y las líneas telefónicas.
"Me cayeron siete árboles de eucalipto en la casa y el viento levantó el techo," dijo a una radioemisora Oscar Novoa, poblador del centro de la ciudad caribeña.
En las pocas escuelas improvisadas como refugios, miles de personas hacinadas descansaban en el piso ante la constante lluvia que dejó el huracán a su paso.
Las brigadas de rescate comenzaban a recorrer las calles y el Gobierno nicaragüense esperaba tener un primer corte de los daños y las pérdidas materiales en la zona el mismo martes.
Mientras se adentraba en el noreste de Nicaragua rumbo a Honduras, Félix se debilitó a categoría 2 con vientos de 155 kilómetros por hora, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
El Centro Nacional de Huracanes advirtió sobre severas inundaciones en la región. Muchos pueblos pobres de Honduras y Guatemala que están en las colinas son muy vulnerables a los deslaves y las lluvias.
Guatemala, Belice y los estados mexicanos de Quintana Roo y Tabasco habían emitido alertas.
Félix -el segundo huracán del Atlántico de la temporada- avanzaba a unos 22 kilómetros por hora tierra adentro y con esa trayectoria se esperaba que penetrara en Honduras más tarde el martes.
En el departamento hondureño de Olancho, las lluvias ya habían comenzado. Y en la capital, Tegucigalpa, se decretó el alerta roja por posibles inundaciones y deslaves, exhortando a 10,000 habitantes a evacuar ciertas zonas.
Antes de que llegara Félix, decenas de miles de pobladores y turistas habían sido evacuados en Honduras y Nicaragua, donde todavía se recuerda la devastadora tormenta Mitch que causó la muerte de miles de personas en 1998.
Pero muchas otras aún no podían partir de las zonas afectadas.
"Muchos quisiéramos salir de aquí, pero no podemos por falta de dinero y además ya no hay vuelos ni viajes en barco por el mal tiempo," dijo Wilfredo Martínez, un poblador de Puerto Lempira, en Honduras.
Centroamérica tiene fresco el recuerdo del huracán Mitch, que sólo en Honduras dejó aproximadamente 5.500 muertos, cerca de 8.500 desaparecidos y pérdidas materiales estimadas en más de 5.000 millones de dólares a finales de 1998.
En ese país, el segundo productor centroamericano de café detrás de Guatemala, las autoridades dijeron el martes que no esperaban daños significativos en las plantaciones de café si la tormenta sigue el curso pronosticado(agencias).