El Papa León XIV se pronunció por primera vez sobre el debate del aborto en Estados Unidos, cuestionando la coherencia de quienes se declaran “provida” pero apoyan la pena de muerte o un trato inhumano hacia los inmigrantes. Sus declaraciones se dieron en medio de la controversia dentro de la Iglesia Católica de Illinois por el reconocimiento al senador demócrata Dick Durbin, lo que generó divisiones entre obispos conservadores y progresistas.
UNA DEFINICIÓN MÁS AMPLIA DE “PROVIDA”
“Alguien que dice ‘estoy en contra del aborto pero estoy a favor de la pena de muerte’ no es realmente provida”, afirmó el Papa León XIV durante una entrevista con EWTN News. También señaló que defender la vida incluye preocuparse por los inmigrantes y rechazó que un católico pueda llamarse “provida” si avala tratos inhumanos hacia ellos. La doctrina de la Iglesia mantiene una postura firme contra el aborto y la pena capital, y exige un compromiso con la dignidad de toda persona, desde el no nacido hasta el migrante.
LA CASA BLANCA RESPONDE AL PAPA
Horas después de sus palabras, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, rechazó la idea de que la administración Trump incurra en trato inhumano hacia inmigrantes. Aseguró que las leyes migratorias se aplican “de la manera más humana posible”. El comentario evidenció cómo la postura del Pontífice trasciende lo religioso y se inserta en el debate político estadounidense.
El cardenal Blase Cupich había anunciado un premio a Durbin por su trayectoria en defensa de los inmigrantes, pero su apoyo al derecho al aborto provocó la oposición de varios obispos, incluido Thomas Paprocki, quien desde 2004 le prohíbe recibir la comunión en Springfield. Finalmente, el senador rechazó el galardón para evitar mayor polarización. Cupich lamentó la situación y advirtió que los católicos en EE.UU. se sienten “políticamente sin hogar” al no encontrar en ningún partido una representación plena de la enseñanza católica.
LLAMADO AL RESPETO Y AL DIÁLOGO
El Papa León XIV pidió dejar de lado la confrontación interna y convocó a la reflexión conjunta: “No sé si alguien tiene toda la verdad, pero pediría, ante todo, un mayor respeto mutuo y que busquemos juntos el camino a seguir”. Su intervención no solo reavivó el debate sobre el aborto en la Iglesia, sino también la discusión sobre lo que significa ser “provida” en un contexto marcado por la migración, la pena de muerte y la política partidaria en Estados Unidos.