Un nuevo escándalo sacude la política estadounidense. La candidata republicana al Congreso por Texas, Valentina Gomez Noriega, desató una ola de críticas tras difundir un video en el que amenaza a la comunidad musulmana y quema un Corán con un lanzallamas. En su mensaje, difundido en la red social X, la política pronunció frases cargadas de odio que rápidamente se viralizaron y generaron reacciones en sectores políticos, religiosos y comunitarios dentro y fuera de Estados Unidos.
DISCURSO RELIGIOSO COMO ARMA POLÍTICA
En el video, Noriega sostiene que Estados Unidos debe reafirmarse como una “nación cristiana” y acusa al islam de ser una amenaza. “Se acabó poner la otra mejilla”, afirmó mientras destruía el libro sagrado del islam. A continuación, lanzó advertencias directas: “Acabaré con el islam en Texas, así que Dios me ayude. Los musulmanes están violando y matando para apoderarse de las naciones cristianas”.
Diversos analistas han calificado el discurso como intolerante y provocador, subrayando el riesgo de utilizar la religión como herramienta electoral. Líderes musulmanes denunciaron el acto como un ejemplo claro de incitación al odio que pone en riesgo la convivencia y la seguridad de comunidades enteras.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN O DISCURSO DE ODIO
El caso reavivó el debate en Estados Unidos sobre los límites de la libertad de expresión frente a la propagación de mensajes extremistas. Organizaciones musulmanas advirtieron que episodios como este aumentan la vulnerabilidad de las minorías religiosas.
El video de Noriega se suma a otras polémicas recientes en la política estadounidense, donde el uso de símbolos religiosos y discursos radicales en redes sociales ha intensificado las tensiones internas y atraído condenas internacionales. La controversia deja en evidencia cómo la viralización de mensajes extremistas puede tener un fuerte impacto en la opinión pública y en el clima electoral del país.