
Una aterradora cifra. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado en un informe que unos 1.200 millones de menores de entre 0 y 18 años sufren castigos físicos en sus hogares cada año, causando "daños significativos" a la salud y el desarrollo de los niños, aunque esta práctica varía "considerablemente" entre países.
La violencia contra la infancia, ya sea física, emocional o sexual, constituye una crisis mundial que se produce en los hogares, las escuelas, las comunidades y en internet.
Sus efectos son graves y provocan lesiones, infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental como ansiedad y depresión, y la muerte. La exposición a edades tempranas puede causar un estrés tóxico que afecta al desarrollo del cerebro y genera agresividad, además de favorecer el abuso de sustancias y la aparición de conductas delictivas.
Cifras aterradoras
Los niños y niñas que sufren actos de violencia también tienen más probabilidades de verse afectados por ciclos de trauma y de violencia en la edad adulta, lo que repercute en comunidades enteras.
Cabe señalar que, cada cuatro minutos, en algún lugar del mundo, un niño o una niña muere a causa de un acto de violencia, así como más de la mitad de los niños de dos a 17 años —en total, más de mil millones— sufren alguna forma de violencia cada año. De igual forma, alrededor de tres de cada cinco niños reciben castigos físicos de manera regular en su hogar, según revelan las cifras de la OMS.