Japón ejecutó este último viernes a Takahiro Shiraishi, conocido como el “asesino de Twitter”, en la primera aplicación de la pena de muerte en el país en casi tres años. El hombre, de 34 años, fue condenado a muerte en 2020 tras declararse culpable del asesinato y desmembramiento de nueve personas —ocho mujeres y un hombre—, contactadas por redes sociales entre agosto y octubre de 2017.
QUIÉN FUE EL ASESINO DE TWITTER
Shiraishi fue arrestado tras la desaparición de una joven de 23 años que había publicado pensamientos suicidas en Twitter. La policía lo localizó en su domicilio en la ciudad de Zama, prefectura de Kanagawa, donde hallaron restos humanos en tres neveras portátiles y cinco contenedores. Las víctimas tenían entre 15 y 26 años.
Bajo el alias que se traduce como “verdugo”, el asesino se presentaba en redes sociales como alguien dispuesto a ayudar a morir a quienes querían suicidarse. Pero una vez en su departamento, las mataba para satisfacer sus deseos sexuales, según declaró él mismo ante el tribunal. Fue hallado culpable de asesinato, violación y profanación de cadáveres.
Pese a que su abogado apeló la sentencia, posteriormente retiró el recurso, por lo que la condena quedó firme. La ejecución fue confirmada por el ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, quien defendió la decisión: “Fue un caso motivado por la gratificación sexual y económica. Nueve personas murieron en dos meses. Entiendo que es especialmente desgarrador para las familias”.
El padre de una de las víctimas declaró a la NHK que hubiera preferido que Shiraishi “pasara su vida reflexionando sobre los crímenes, en lugar de perderla con la pena de muerte”.
En Japón, las ejecuciones se realizan por ahorcamiento bajo un estricto secretismo. Las fechas no se anuncian y ni los abogados ni las familias reciben aviso previo. La ejecución de Shiraishi es la primera desde julio de 2022.
