Pese a la protesta de organizaciones defensoras de los derechos humanos, el último jueves el estado de Oklahoma (sur de EEUU) ejecutó a Wendell Grissom, un reo condenado a muerte por asesinar a una mujer durante un robo a una vivienda en 2005.
El hombre, de 57 años, recibió una inyección letal en el centro penitenciario de McAlester. Esta fue la cuarta pena de muerte aplicada en los Estados Unidos en una semana, después de las ejecuciones realizadas en Luisiana, en Arizona y en Florida.
CUESTIONAMIENTOS
Tras as un largo proceso judicial, duró 10 años, Wendell Grissom fue condenado a muerte por asesinar a tiros en noviembre de 2005 a Amber Matthews, que tenía 23 años, durante el robo a una vivienda en el condado de Blaine, al noroeste de Oklahoma City.
Desde que el Tribunal Supremo reintrodujo la pena de muerte hace casi 50 años, Estados Unidos ha ejecutado a 1 616 personas, 128 de ellas en Oklahoma. Pese a cuestionamientos las autoridades señalan que no suprimirán la pena capital, informa AFP.