En un bombardeo masivo que dejó a más de un millón de personas sin electricidad, Rusia atacó infraestructuras clave en varias regiones de Ucrania, en lo que se considera una escalada del conflicto. Vladimir Putin, presidente ruso, declaró que el ataque fue una represalia por los misiles de largo alcance suministrados por Occidente y utilizados por Ucrania en operaciones recientes contra territorio ruso.
CORTES ELÉCTRICOS EN UCRANIA
Las regiones más impactadas fueron Leópolis, Rivne y Volinia, donde cientos de miles de personas quedaron sin suministro eléctrico. Según las autoridades ucranianas, el ataque, que incluyó 90 misiles y 100 drones, destruyó infraestructuras energéticas en estas áreas y causó apagones masivos en ciudades como Jersón y Zhitómir.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció que algunos de los misiles rusos contenían municiones de racimo, lo que complicó las labores de reparación. Además, describió esta ofensiva como "una escalada perversa de las tácticas terroristas rusas".
PUTIN ASEGURA QUE SEGUIRÁ ATACANDO
Desde Astaná, Vladímir Putin afirmó que el bombardeo fue una respuesta directa a los ataques ucranianos con misiles ATACMS, suministrados por Estados Unidos. Según el mandatario, Rusia está plenamente al tanto de los envíos de armamento occidental a Ucrania y advirtió que sus fuerzas continuarán seleccionando objetivos militares clave en territorio ucraniano.
Putin también destacó la capacidad armamentística de su país, asegurando que Rusia produce 10 veces más sistemas de misiles que todos los países de la OTAN juntos, y prometió un aumento de la producción en un 25-30 % el próximo año.
El ataque, el décimo primero desde marzo que afecta el sistema eléctrico de Ucrania, mantiene a la población civil en una situación de incertidumbre y deja en evidencia la constante escalada del conflicto entre ambas naciones.