La NASA ha anunciado el lanzamiento del concurso ‘LunaRecycle Challenge’, una iniciativa que busca soluciones innovadoras para el reciclaje de residuos generados en misiones espaciales de larga duración. Con un fondo de premios de 3 millones de dólares, la agencia espacial estadounidense pretende fomentar el desarrollo de tecnologías que permitan reducir los desechos en misiones futuras, especialmente en la Luna.
El concurso está diseñado para encontrar tecnologías capaces de transformar residuos inorgánicos, como envases de alimentos, ropa desechada y materiales de experimentos científicos, en productos útiles para la exploración espacial y actividades científicas. La NASA también prioriza soluciones de bajo impacto ambiental, baja masa y alta eficiencia energética.
Amy Kaminski, ejecutiva del programa de Premios y Desafíos de la NASA, explicó la motivación detrás de este proyecto. "Buscamos enfoques innovadores del público para la gestión de residuos en la Luna y pretendemos llevar las lecciones aprendidas de vuelta a la Tierra en beneficio de todos", declaró a los medios de comunicación.
DOS CATEGORÍAS PARA PARTICIPAR
Prototype Build: se enfoca en el diseño y desarrollo de componentes físicos y sistemas para reciclar residuos sólidos en la superficie lunar.
Digital Twin Track: consiste en la creación de un modelo virtual que represente un sistema completo para la gestión y reciclaje de desechos sólidos.
Los interesados pueden inscribirse y consultar los requisitos en la página oficial del concurso: lunarecyclechallenge.ua.edu.
LA AMENAZA DE LA BASURA ESPACIAL
El problema de la basura espacial no es nuevo. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), se han lanzado unos 15500 satélites al espacio en los últimos 60 años, de los cuales más de 10500 aún orbitan la Tierra, aunque solo 8600 están operativos. Además, el constante lanzamiento de satélites comerciales, como los más de 6000 satélites de Starlink, ha intensificado esta problemática.
Un estudio de la NASA estima que existen más de 25 000 partículas de basura espacial de menos de 10 centímetros que representan un riesgo significativo para misiones y satélites en funcionamiento.