Una turba de 200 monos escapó de un refugio y se convirtió en una amenaza para los residentes y autoridades de la localidad tailandesa de Lopburi. El hecho llevó a los agentes de policía a refugiarse en una comisaría durante todo un fin de semana, mientras intentaban evitar que los primates invadieran el edificio en busca de comida.
INESPERADA FUGA
Según un informe policial, los animales lograron escapar luego de que la jaula que los contenía colapsara bajo la fuerza de los primates, quienes se balanceaban constantemente sobre la estructura. Una vez libres, los mamíferos se dispersaron rápidamente por las calles, instalándose cerca de la comisaría, lo que obligó a los agentes a tomar medidas de emergencia.
“Cerramos puertas y ventanas para evitar que entraran en el edificio. Fue una situación tensa porque buscaban comida desesperadamente”, relató el capitán de policía Somchai Seedee.
Las autoridades locales, con apoyo del Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre, lanzaron una operación de captura para alejar a los monos de las zonas residenciales. Según el diario The Bangkok Post, decenas de primates ya han sido recapturados, aunque el proceso sigue siendo complicado debido al gran número de animales involucrados.
Lopburi, conocida por albergar miles de macacos en el templo Pra Prang Sam Yod, ha enfrentado durante décadas conflictos derivados de la convivencia con los monos. Si bien la ciudad celebra anualmente un festín de frutas en honor a estos animales, el aumento descontrolado de su población ha generado vandalismo, peleas y constantes robos.
Los monos, considerados sagrados en la cultura tailandesa por su relación con el dios mono hindú Hanuman, han pasado de ser un atractivo cultural a convertirse en una fuente de preocupación para la ciudad. Por ahora, las autoridades continúan con los operativos para devolver a los animales al refugio, mientras los vecinos permanecen alerta ante la posibilidad de nuevos encuentros con estos inquietos habitantes.