Un oso polar fue abatido en Westfjords (Islandia) tras ser avistado en una playa por primera vez en ocho años. La decisión fue tomada por las autoridades locales, luego de evaluar los riesgos que representaba el animal para los habitantes de la zona, especialmente para una anciana que vivía cerca. El jefe de la policía de Westfjords, Helgi Jensson, explicó que la reubicación del oso no era segura ni para el animal ni para los residentes.
El oso, de entre 150 y 200 kilos, fue visto hurgando en la basura cerca de una casa rural. La dueña de la casa, quien estaba sola, se encerró en el piso superior y pidió ayuda a su hija en Reykjavik. La policía respondió rápidamente, pero tras consultar con la Agencia de Medio Ambiente, concluyeron que no podían devolver al oso a su hábitat por el riesgo de transmisión de enfermedades y el peligro que representaba.
“En este caso, el oso estaba muy cerca de una casa de verano. Había una anciana allí”, dijo Jensson. Aunque los osos polares no son nativos de Islandia, ocasionalmente llegan a la isla en témpanos de hielo desde Groenlandia. Los avistamientos de estos animales son raros, y solo se han registrado 600 desde el siglo IX. Si bien los osos polares están protegidos y su caza está prohibida, pueden ser sacrificados si representan una amenaza.
HECHO GENERÓ INDIGNACIÓN EN REDES
La decisión de abatir al oso ha generado críticas por parte de la población. En redes sociales, muchos ciudadanos expresaron su descontento, y argumentaron que se debería haber intentado reubicar al animal en lugar de matarlo. “Lo siento, pero no entiendo por qué era necesario matar a este precioso animal” y “Me horroriza leer historias como esta. Entiendo proteger a la gente, pero los osos polares están en peligro”, comentaron los cibernautas.
El cuerpo del oso fue trasladado a Reykjavik para ser examinado y determinar si tenía parásitos o infecciones.
