La Tierra está a punto de tener una segunda luna, aunque de manera temporal. Se trata del asteroide 2024 PT5, un pequeño cuerpo celeste de entre 10 y 11 metros de diámetro, similar al tamaño de un autobús, que será capturado por la gravedad terrestre. Descubierto el 7 de agosto por el sistema de alerta ATLAS en Sudáfrica, este asteroide comenzará a orbitar la Tierra el 29 de septiembre y permanecerá hasta el 25 de noviembre, convirtiéndose en una “miniluna” que acompañará a nuestro planeta durante poco más de 56 días.
¿POR QUÉ 2024 PT5 SE CONVERTIRÁ EN UNA MINILUNA?
El asteroide 2024 PT5, que pertenece a la familia Arjuna, un grupo de objetos cercanos a la Tierra con órbitas similares a la de nuestro planeta, será atrapado por la gravedad terrestre debido a su proximidad y trayectoria. Este fenómeno no es completamente inusual, ya que la Tierra ha capturado temporalmente otros objetos en el pasado, como ocurrió en 2006 con el asteroide 2006 RH120 y más recientemente con otro cuerpo celeste que nos acompañó hasta mayo de 2020.
Durante los dos meses en que 2024 PT5 estará orbitando la Tierra, no será visible a simple vista debido a su baja magnitud absoluta de 27,6, lo que lo hace demasiado tenue incluso para la mayoría de los telescopios de aficionados. Sin embargo, su presencia es un recordatorio fascinante de los movimientos dinámicos y sorprendentes de nuestro sistema solar.
UN FENÓMENO BREVE, PERO NO ÚNICO
Los astrónomos Carlos y Raúl de la Fuente Marcos, de la Universidad Complutense de Madrid, han señalado que la captura de asteroides como 2024 PT5 resalta la complejidad y la belleza de la interacción gravitacional de la Tierra con objetos cercanos. A pesar de que su visita será breve, se espera que este asteroide regrese en el futuro, con próximas apariciones en enero de 2025 y nuevamente en 2055, lo que lo convierte en un visitante recurrente del entorno terrestre.
Este fenómeno de capturas temporales subraya la naturaleza cambiante de nuestro vecindario espacial. La posibilidad de que un asteroide se convierta en una luna temporal, aunque sea por unos meses, demuestra que el espacio cercano a la Tierra está lleno de sorpresas y que no siempre estamos solos en nuestra órbita.
