La NASA y Boeing anunciaron que la nave espacial Starliner aterrizó sin tripulación en el Puerto Espacial White Sands, Nuevo México, el 6 de septiembre a las 11:01 p.m. (hora peruana). El retorno marca el final de una prueba crucial para la nave, que busca su certificación para futuras misiones tripuladas. Esta misión sin astronautas generó dudas sobre la seguridad del Starliner, que será evaluada exhaustivamente antes de continuar con vuelos regulares.
PROBLEMAS TÉCNICOS OBLIGARON A UN RETORNO SIN TRIPULACIÓN
El vuelo de prueba de Starliner, lanzado el 5 de junio, debía demostrar la capacidad de la nave para transportar astronautas de manera segura. Sin embargo, durante la misión se identificaron fugas de helio y problemas con los propulsores de control de reacción. La NASA y Boeing decidieron priorizar la seguridad y traer de vuelta la nave sin los astronautas Wilmore y Williams, quienes permanecerán en la Estación Espacial Internacional hasta 2025 como parte de la misión SpaceX Crew-9.
Según Ken Bowersox, administrador de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, aunque Starliner regresó sin su tripulación, la misión permitió recopilar datos valiosos en el entorno espacial más extremo. Este conocimiento es esencial para asegurar que la nave esté lista para futuros vuelos tripulados y evitar riesgos en misiones posteriores.
EL FUTURO DE STARLINER Y LA TRIPULACIÓN VARADA
El retorno sin tripulación significa un paso atrás momentáneo en los planes de Boeing y la NASA para certificar el Starliner. La nave será enviada al Centro Espacial Kennedy en Florida para una exhaustiva inspección y procesamiento, con el objetivo de solucionar los problemas detectados y avanzar hacia la certificación final. El Programa de Tripulación Comercial de la NASA exige que todas las naves espaciales demuestren estar listas mediante vuelos de prueba antes de ser utilizadas en misiones de rotación de tripulación.
Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams continuarán sus labores en la Estación Espacial Internacional como parte de la Expedición 71/72 y retornarán a la Tierra en febrero de 2025 con la misión SpaceX Crew-9. La NASA, en colaboración con Boeing, se enfoca en revisar los datos de la misión y ajustar los sistemas del Starliner para garantizar la seguridad en futuras misiones.
A pesar de los desafíos, la NASA sigue comprometida con la certificación de Starliner para misiones de rotación de tripulación, y el aprendizaje obtenido en esta prueba será clave para lograr vuelos más seguros y efectivos en el futuro.