Las noticias sobre auroras boreales en diversas partes del mundo sorprendieron los últimos días. Este asombroso fenómeno, limitado las los polos de la Tierra, fueron vistos en zonas donde no suelen aparecer, generando gran sorpresa y preocupación.
Una poderosa tormenta geomagnética fue la responsable de este fenómeno, la cual se ha calificado como la más poderosa en 21 años. Inicialmente, la perturbación solar fue considerada como “severa” o G4, la segunda categoría más alta dentro de la clasificación de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, posteriormente, alcanzó la escala más alta (G5) de “extrema”, al menos dos veces entre el viernes y el sábado de este fin de semana. La última vez que se experimentó una tormenta de similar magnitud fue en octubre de 2003.
De acuerdo a loa SWPC, las tormentas extremas (G5) pueden generar problemas en la infraestructura terrestre, más que nada en redes eléctricas. Las incidencias pueden ir desde problemas en el voltaje hasta su colapso total. También, podrían existir inconvenientes en las operaciones espaciales y dificultades con satélites.
En este caso, solo se han reportado daños menores en redes, con interrupciones temporales en los servicios de comunicaciones GPS y otros servicios satelitales.
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Este fenómeno inusual, suele suceder durante el pico de actividad del Sol, conocido como “máximo solar”, en su ciclo de 11 años. Aunque aún se desconoce exactamente cuando ocurre la fase de más actividad, al parecer, el astro ya habría entrado en ella.
Se prevé que este fenómeno solar continuará hasta octubre próximo, lo que podría conducir al aumento de fenómenos como erupciones solares, tormentas de tipo solar y geomagnéticas y las CME (eyecciones de masa coronal del Sol).